¿Cómo saber si tengo Síndrome de Ovario Poliquístico?

La Doctora Yoalli Palma, ginecóloga en Benito Juárez, nos cuenta las señales a las que debemos prestar atención si sospechamos de que podríamos tener un desajuste hormonal.

Es frecuente que las personas noten en su cuerpo patrones que salen de la normalidad pero que, al verlo de manera frecuente en la gente que los rodea, tiendan a normalizarlo aunque repercuta en su calidad de vida.

Uno de los ejemplos  más frecuentes es el famoso dolor al menstruar.  La atención médica suele ser  tardía porque la madre, la tía o la amiga pueden  presentar cuadros similares y entonces creemos que es normal.

De la misma forma, el síndrome de ovario poliquístico es una alteración metabólica y hormonal que se puede manifestar de distintas maneras,  pero que, al final, suele asociarse a la larga a diversas enfermedades.

Si lo diagnosticamos de forma temprana y damos una atención oportna, podemos mejorar la calidad de vida de muchas personas.

¿Qué examen se hace para detectar ovarios poliquisticos?

Es frecuente que se imagine el término “ovarios poliquísticos” como  bolas creciendo en nuestro interior y que en algún momento pueden reventar. Incluso, las pacientes suelen decir después del tratamiento que ya lograron “limpiar” los quistes aunque ese es un término inadecuado.

Los llamados quistes  de esta patología son folículos (estructuras que tienen la capacidad de liberar óvulos) que están inadecuadamente regulados por las hormonas y que en el ultrasonido se ven en exceso (más de 12) con un tamaño entre 2-9 mm o un volúmen ovárico mayor a 10 ml.

Ultrasonido de preferencia vaginal

Este diagnóstico debe ser hecho por una experta mediante un ultrasonido (de preferencia vaginal dado que la visualización es mejor) y se deben describir los hallazgos de cada folículo. 

Es importante recalcar que la detección temprana no se basa en hacer ultrasonidos a toda la población, sería humanamente imposible. Se basa en detecar algunos síntomas para saber quién es candidata al estudio.

Estudio de los desajustes menstruales

Uno de los más frecuentes es una disfunción en la ovulación, es decir suelen existir ciclos largos, de más de 35 días o incluso no menstruar durante meses.

Aunque también es menos frecuente, existen personas en las que la alteración se manifiesta ovulando con ciclos menores a 21 días, es decir 2 veces al mes. Si apenas inició la menstruación, es normal que esto pueda ocurrir durante el primer año, pero si este patrón se extiende por un tiempo mayor, es importante acudir a una revisión ginecológica.

Elaboración de un perfil hormonal

Aunque por estadística estas alteraciones menstruales suelen ser por SOP, es importante que se hagan un perfil hormonal que incluya, además de las hormonas sexuales, otros estudios de laboratorio como los niveles de vitamina D,  perfil lipídico, la relación entre la glucosa y la insulina, un perfil tiroideo y deben ser en días específicos del ciclo.

Es importante siempre que, si manifiestan ciclos alargados, cortos o ausentes, no se use anticonceptivos sin tener un perfil hormonal porque se podría regular la menstruación, pero pueden existir otras hormonas que sigan alteradas.

Valoración de exceso de andrógenos

Finalmente el tercer grupo de estudios que se debe hacer es la valoración del exceso de hormonas masculinas o andrógenos. Pueden ser mediante un examen de sangre en los primeros días del ciclo o revisar clínicamente su presencia mediante un examen clínico. Se evalúa la distribución y la cantidad  del vello, la presencia de acné, la pérdida de cabello etc.

¿Cómo se hace la prueba de SOP?

• Se inicia preguntando los antecedentes familiares (presencia de diabetes o enfermedades metabólicas en la familia).
• Se indaga sobre datos respecto al nacimiento (peso al nacer, edad gestacional al nacer, patología durante el embarazo de la madre), porque muchas se asocian a SOP.
• Posteriormente se investigan  los hábitos personales como el tipo y la cantidad de comida que consuminos, el estrés que padecemos, el ejercicio que realizamos, dificultad para bajar de peso.
• Luego indagamos sobre el ciclo menstrual: duración, cantidad, periodicidad, dolor.
• Los “quistes” del SOP no generan dolor, pero puede coexistir  con la dismenorrea (dolor al menstruar).
• Durante la exploración, observamos la cantidad de acné y de vello, la coloración de la piel que puede estar obscurecida, la distribución grasa, etc.
• Y, por supuesto, hacemos un ultrasonido para ver la morfología de los ovarios para después pedir examenes complementarios.

No toda irregularidad menstrual es SOP, pero siempre que se presente la debemos descartar mediante una gama de estudios de laboratorio, de gabinete y una buena exploración física.

Tratar oprtunamente y de manera integral, re-enseñar hábitos para que se puedan aplicar a largo plazo y usar los medicamentos o suplementos adecuados previenen un sinnúmero de enfermedades crónico degenerativas.